miércoles, 22 de agosto de 2007

Amanecer en Akumal [Día +1] 21 de agosto

Desaparece la playa de Akumal [Día +1] 21 de agosto

La playa de Akumal, a unos cincuenta kilómetros al sur de Playa del Carmen, desapareció tras la entrada del huracán 'Dean' en la península de Yucatán. Los vecinos de las urbanizaciones cercanas fueron los primeros en contemplar el paisaje desolador que ofrecía esta tranquila playa caribeña cuando comenzaron a salir de sus refugios para evaluar los daños materiales, pasado el mediodía.

Ni arena blanca ni siete azules diferentes. Frente a un mar casi gris y todavía embravecido, una alfombra de arrecifes de coral cubría metros y metros cuadrados de tierra de la que asomaban algunas raíces y árboles medio caídos.

Las rachas máximas de aire de 64 kilómetros por hora provocaron que las olas chocaran con fuerza contra el arrecife -que actúa como defensa natural de la costa- y ascendieran hasta los cinco metros de altura en la parte más cercana a la primera línea de playa, según explicó el meteorólogo municipal, Antonio Morales Frías. Algunas casas sufrieron daños materiales en su interior pero sobre todo se vieron afectadas las entradas y jardines.

Las carreteras y caminos cercanos a esta parte de la costa no quedaron totalmente inhabilitados -sí en Tulum, a unos treinta kilómetros más al sur- aunque el acceso de vehículos a algunos puntos se dificultó debido a los inmensos charcos y barrizales que dejó tras de sí el huracán.

Continúa el temporal [Día +1] 21 de agosto

Daños en Akumal [Día +1] 21 de agosto

Reparto de despensas [Día +1] 21 de agosto



Vecinos de Playa del Carmen cargan las despensas que se repartirán en Felipe Carrillo Puerto y Chetumal

Daños mínimos en Playa [Día +1] 21 de agosto

El huracán 'Dean' pasó de puntillas por Solidaridad, municipio al que pertenece Playa del Carmen. El alcalde, Carlos Joaquín, aseguró tras recorrer varios puntos de la ciudad que el ciclón "no afectó gravemente al municipio", si bien algunas carreteras y zonas residenciales se han visto dañadas.

En Tulum, situado a 40km al sur de Playa del Carmen y donde se hospedan más de 23.000 turistas, el mar dejo inhabilitada la carretera que lleva a la zona costera y causó daños en varios hoteles situados en primera línea de playa. A pocos kilómetros de allí, en Akumal, pedazos de arrecife arrastrados por el oleaje y ramas tiradas por el viento cubren gran parte de la playa.

Pese a ello, fuentes oficiales aseguran que la ciudad está preparada para recibir visitantes. Tras reunirse con los cónsules de Francia y Alemania, que están en contacto directo con mayoristas de estos países, el alcalde anunció la llegada de más turistas europeos a partir del miércoles. Desde las 12 del mediodía de hoy se ha restablecido el tráfico aéreo en el aeropuerto internacional de Cancún.

La noche del huracán [Noche H] 21 de agosto

El centro de Playa del Carmen lucía un aspecto fantasmagórico. Las farolas de la 5a Avenida iluminaban el camino a la nada. Mientras los turistas se refugiaban en sus hoteles sellados con tablas de madera y persianas antihuracanes, la Policía patrullaba las calles dispuesta a detener al primero que infringiese el toque de queda.

Con el cielo encapotado y un horizonte vestido de luto, el día dio paso a la noche sin que nadie se diese cuenta. Ni rastro de la luna ni de las estrellas que engalanan las noches de Playa del Carmen. Ni rastro de ese mar azul turquesa que acaricia los pies a los paseantes.

En su lugar, unas olas hambrientas amenazaban con comerse la playa y las palmeras se arrodillaban ante un viento enfurecido. Eran las ocho de la tarde. 'Dean' no llegaba hasta la madrugada. Comenzaba a llover y no pararía hasta la mañana siguiente.

A esa hora, el Ayuntamiento, situado frente a una amplia explanada, parecía el único lugar con vida. Antonio, el meteorólogo de Protección Civil, seguía con atención los pasos de 'Dean', mientras otros compañeros se calzaban botas de goma y ponchos amarillos, preparados para enfrentarse a cualquier contingencia.

En la oficina de Comunicación Social, pegados al transistor y con la vista clavada en la imagen del satélite, cada quién lanzaba su hipòtesis de dónde y a qué hora iba desembarcar el huracán.

Pasada la medianoche 'Dean' amagó con aparecer por Playa. Los desagües comenzaban a no dar abasto, mientras que, la lluvia, impulsada por el viento huracanado, atravesaba la explanada en forma de paredes de agua.

La lucha del cableado eléctrico y los árboles por mantenerse en pie ofrecía un espectáculo de chispazos que saltaban a lo largo de la calle. Y en una de esas se fue la luz.

Adiós Internet, adiós ordenador, adiós televisión. Como suele ocurrir en estos casos, esa planta de luz que garantizaría la electricidad en el Ayuntamiento nunca funcionó. Y todos, linterna en mano, se preguntaban por qué el parque y las casas de alrededor sí tenían luz.

Llegaban noticias de árboles y postes de electricidad caídos, y de gente que, asustada por la fuerza del viento, trataba de llegar a los refugios. Sin embargo, ante la ausencia de incidentes graves, poco a poco el personal fue acomodándose como pudo para echar un cabezadita. El resto, sintonizando a duras penas la radio, trataba de conocer la última hora de Chetumal hasta que se perdió la señal.

Y así, sin luz, sin radio y sin una cama para dormir, aburridos, el amanecer sorprendió con los primeros rayos de sol.

Mil doscientas personas ocupan los refugios de Solidaridad [Noche H] 21 de agosto

Gracias a plan de seguridad DN3 -de ayuda a la población civil en caso de desastre- del Ejército y a la actividad desenfrenada de Protección Civil municipal en los últimos siete días, los ciudadanos de Solidaridad cuentan con 49 refugios repartidos en todo el terriotorio donde pasar la noche.

Poco antes de las doce, tras la llegada de algunos vientos huracanados y los primeros incidentes -caídas de árboles y farolas-, los ocupantes de los albergues tratan de acomodarse en el recinto que les acoge lo mejor que pueden. En la Confederación Revolucionaria de Obreros y Convecinos (CROC), en la colonia centro de la ciudad, se hospedan unas sesenta personas -la mayoría hombres de mediana edad- que intentan dormir acostados en el suelo. Sólo tres viajeros alemanes que no se quejan del mal olor comparten el recinto con los nacionales, buscando ahorrarse los pesos de una noche de hotel.

El ambiente es tranquilo. El responsable del alebergue asegura que no se ha produdido ningún incidente y es que ya conoce a muchos de los hombres que hoy se encuentran en la sede de su organización: son inmigrantes procedentes de los estados más pobres del país -en su mayoría de Veracruz, Chiapas y Campeche- que llegan a Playa del Carmen en busca de trabajo. Las constructoras nacionales y extranjeras se aprovechan de la mano de obra ingenua y barata para que esta ciudad continúe teniendo uno de los índices de crecimiento urbano más altos del mundo. Enfrentándose al orgullo que muestran los locales -sobre todo los extranjeros afincados aquí- cuando se habla del tema, la CROC trata de defender los derechos de estos trabajadores que muchas veces carecen de un domicilio fijo y duermen entre los andamios de los macrohoteles que construyen.

A pesar de que nunca llegaron los colchones prometidos sí les han dado algo de cenar, suerte que no comparten quienes se refugian en otros albergues como el de la escuela primaria Gregoria Cob Cob en la colonia Zazil-Ha. Diez aulas protegidas sólo por delgadas puertas de madera, que dan directamente al patio del colegio, alojan a familias entreras que no comerán hasta la mañana siguiente. Ocho niños menores de tres años lloran en una de ellas, custodiados por catorce adultos. En el recinto contiguo, de unos quince metros cuadrados, unas treinta personas tratan de dormir como pueden hacinadas en el suelo. Francisco y Marilín, padres de dos niños de dos y cuatro años, sólo piensan en una cosa: su palapa. Como casi todos los que comparten la habitación, esta familia vive en un cubículo con techo de palma cuyo alquiler mensual supone casi la mitad del salario de Francisco. Es el material más común, junto con la lámina, en los techos de las colonias de la periferia.

Mientras, veintitrés mil turistas se esconden del temporal en los denominados autorefugios (lugares seguros proporcionados por los mismos hotles en los que se hospedan) en la zona hotelera, al sur de la ciudad. Pasadas las dos de la mañana se corta la electricidad en varias zonas de Playa. Ahora sí, ya no queda más remedio que intentar descansar.

martes, 21 de agosto de 2007

Las horas previas en Playa del Carmen

Curiosidad en las horas previas [Día -1] 20 de agosto

Desde mañana el cielo se mostraba amenazante sobre Playa del Carmen. Comenzaba a soplar el viento y el mar turquesa del caribe se volvía blanco y espumoso. Las olas azotaban una y otra vez la playa, que empequeñecía por momentos.

En las calles, poca gente y pocos comercios abiertos. La mayoría de los locales ya estaban cubiertos con tablas de madera. Sólo martillazos aislados y algún que otro coche rompían con la monotonía del viento.

Mientras tanto, en la playa, decenas de turistas aprovechaban para darse un último chapuzón antes de la llegada de 'Dean', incluso hubo quien se atrevió a desafiar a las olas y el viento con una tabla de windsurf. Un aire fantasmal rodeaba a los hoteles, con todas las ventanas cubiertas con tablones de madera, sin embargo, en las piscinas aún se veía gente tirada en las tumbonas.

La alerta roja que emitió el Sistema Estatal de Protección Civil a las 16h no lograba persuadir a los curiosos que se iban reuniendo en las partes de playa que el mar aún no había cubierto. Una hora antes del toque de queda, decretado a las 20h, algunos turistas, con cámara en mano y maleta de ruedas en la otra, seguían tomando fotos en la playa, ajenos a lo que se avecinaba.

A la Policía no le quedó más remedio que desalojar la playa y a partir de las 20h las calles quedaron desiertas. Se hizo de noche y comenzó a llover. Las patrullas de policía y protección civil se adueñaron de la ciudad. En las casas, la gente, pegada a sus transistores y a la televisión, contaba las horas para la llegada de 'Dean'.

Se decreta la Ley Seca [Día -2] 19 de agosto

A las cinco de la tarde, cuando sólo quedaban tres horas para que el toque de queda obligara a todos los ciudadanos a permanecer en sus casas para protegerse del huracán, los hipermercados de la ciudad no daban abasto.

Familias enteras que llenaban sus carros como si se acercara el fin del mundo se entremezclaban con turistas que hacían acopio de montañas de latas de cervezas, con la intención de pasar el encierro lo mejor posible. En todas las cajas se veía a empleadas yucatecas explicando en español el estado de urgencia que decenas de extranjeros de oídos impermeables pretendían romper con unos cuantos please, please desangelados.

Ya el pasado viernes se produjo una leve crisis entre los playenses, provocada por el boca a boca, cuando unos pocos previsores acabaron con las reservas de pilas, linternas, agua y latas de atún de los comercios. A pesar de que algunos no confiaban en que puedieran reabastecerse y pronosticaban que el precio de un sólo huevo alcanzaría los doce pesos, los supermercados ofrecían las estanterías llenas la víspera de la llegada de 'Dean'.

lunes, 20 de agosto de 2007

Jamaica, ese país [Día -2] 19 de agosto

Ayer Jamaica fue la palabra más repetida por los habitantes de esta ciudad. Desde primeras horas de la mañana muchos turistas fueron saliendo en ADO –principal línea de autobuses del país- en busca de otros aeropuertos menos solicitados que el de Cancún. Pero otros tantos, junto con la población local, decidieron esperar y jugársela. "Pasa por encima de Jamaica, no nos llega. Pasa por debajo, viene derechito hacia nosotros".

Playa ofrecía ayer una imagen más que atípica: grupos y grupos de gente apostados frente a una pantalla de ordenador observaban las imagenes de satélite. En poco tiempo el suelo de esta ciudad se llenó de meteorólogos especializados que, trazando en la pantalla una linea recta desde el ojo del huracán hasta la costa con lo que tuvieran a mano -un lápiz, un cuaderno, el dedo-, pronosticaban un embiste más o menos trágico.

A mitad de la tarde el propio fenómeno les sacó de dudas. El Gobierno de Quintana Roo anunció que 'Dean' se dirijía a Chetumal, la capital del estado, a poco más de 300 km al sur de Playa y junto a la frontera con Belice. Aún así se decretó alerta roja en este municipio (Solidaridad), además de en los de Felipe Carrillo Puerto, José María Morelos y Othón P.Blanco, donde se encuentra Chetumal.

A partir de ese momento la música caribeña tan habitual en estas calles dejó paso a una sola voz: la de las locutoras que radiaron sin descanso los boletines de urgencia de Protección Civil.

domingo, 19 de agosto de 2007

Ultima noche de fiesta en Playa [Día - 3] 18 de agosto

Mientras en huracán 'Dean', convertido en un podereso ciclón de categoría 4 en la escala Saffir-Simpson enfila hacia la costas del caribe mexicano Playa del Carmen prefiere disfrutar de su ultima noche de fiesta.

Esta localidad, situada a 45 km al sur de Cancún, se ha convertido en el principal destino de quienes buscan un lugar menos masificado.

Los restaurantes y tiendas de la 5a Avenida -la principal calle comercial- donde abundan palapas con techos de palma y estructura de madera no ocultan su fragilidad, pero nadie parece preocuparse por ello.

Las calles están llenas de turistas -europeos y mexicanos principalmente- que tras una perezosa tarde de sol y playa esperan que caiga la noche para dar rienda suelta al desenfreno. Para los extranjeros, quizá sea su útlima noche de fiesta en Playa, para los locales puede que también. Saben que tras el huracán llegarán las vacas flacas: calles vacías y semanas de reconstrucción.

En los clubes nocturnos, donde el alcohol, el tabaco y otras sustancias campan a sus anchas, tampoco faltan los guiños 'Mr. Dean'. "El huracán nos Bali" reza la pantalla de una popular discoteca de la ciudad.

"¿Donde vas a pasar el huracán?"
Las referencias al ciclón son inevitables. En la barra, en las mesas y en los corrillos los noctámbulos, con más alegría que preocupación, ultiman sus planes para dar la bienvenida al primer huracán de la temporada. Puede que no se descorche el champán, pero sí se abriran muchas latas de cerveza a luz de las velas.

"¿Dónde vas a pasar el huracán?" es la pregunta que más se repite. Los bares no abrirán, tampoco habrá cotillones, pero hay que decidir cómo pasar una noche tan especial. Se esperan muchas raves en petit commité.